Catalina, una perra de raza Labrador dorado, sin saber para qué servía un celular lo tomó en su boca, y poco a poco lo fue destruyendo, la sorpresa no fue precisamente para ella cuando no le encontró ningún tipo de sabor, la sorpresa fue para Jennifer Fernández –su propietaria- cuando se dio cuenta que Cata había destruido el celular del trabajo de su mamá por un descuido de ella. Todo comenzó cuando Jennifer puso el celular de su mamá encima de la cama donde Cata, su mascota, estaba dormida, después de un rato doña Ángela le pidió el celular, “Jenni pásame el celular, lo busqué y no lo encontré, le dije: Mami pero lo puse encima de la cama” cuenta entre risas Jennifer. Complementa la propietaria: “Salí a buscar a Cata porque era la sospechosa mayor por sus antecedentes de mil daños”, y efectivamente allí estaba Cata, debajo de la mesa del comedor disfrutando de su duro e insípido menú. Ahora Cata ya no está con Jennifer ni con doña Ángela, pues hace un tiempo murió, sin embargo la recuerdan con un inmenso cariño y con ellas quedan los lindos y divertidos recuerdos de Cata, quien les dio tantos momentos de felicidad y de risas.
Historia de Jennifer Fernández
Medellín, Colombia. 21 de abril de 2010.
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