“…Eso le pasa por grillo” afirma incisivamente Cindy Alejandra Sepúlveda, propietaria de Ringo -un gato criollo- después de contar que a cada rato llega aporreado a casa.
En varias ocasiones Ringo ha desaparecido de su hogar, pero hace pocos días fue la ocasión en la que más tardó en aparecer –cuatro días- “mi abuela y yo estábamos que llorábamos....pero yo ya iba a averiguar otro gato, por que hace mucha falta, y al otro día apareció” cuenta Cindy.
Ringo apareció, pero lleno de cicatrices y de heridas, al parecer tuvo enfrentamientos, tal vez con otros gatos, o con perros, pero lo que sí es cierto para sus propietarios es que estaba en búsqueda de alguna gata que pusiera fin a sus necesidades felinas.